La recepción de los sacramentos del Bautismo, Eucaristía (Primera Comunión) y Confirmación debe ser comprendida dentro de la llamada Iniciación Cristiana, un itinerario de conversión y crecimiento en la fe, imprescindible para lograr la madurez en la misma.
En el deseo de situar con realismo a la Iglesia en la sociedad actual –que ha dejado de ser homogéneamente cristiana–, revisando sus estilos pastorales y tratando de responder a las nueva necesidades religiosas, la Archidiócesis de Sevilla ha promulgado un nuevo Directorio Diocesano de Iniciación Cristiana, que irá entrando en vigor progresivamente.
Ordinariamente, este proceso comprende a los niños de 0 a 14 años, y consta de las siguientes etapas:
Despertar religioso
Primera Síntesis de Fe
Segunda Síntesis de Fe
Para los que no han completado la Iniciación Cristiana en esa edad, también es posible realizarlo. Atendiendo a sus circunstancias y edad, el proceso tiene características diferentes:
- Niños en edad escolar no bautizados de pequeños: se incorporan al proceso de Iniciación Cristiana de los niños de su edad, con características propias, en la etapa que corresponda: Despertar religioso, Primera Síntesis de Fe, Segunda Síntesis de Fe.
- Adolescentes 14-18: se incorporan al Grupo de Juveniles de la Parroquia, con características propias.
- Jóvenes y adultos +18: se incorporan al Grupo de Confirmación de adultos, con características propias.
Las Personas con discapacidad son acogidas con un cuidado y ternura especiales. Para adecuar el proceso de Iniciación Cristiana a las personas con discapacidad, se recomienda mantener un diálogo con el sacerdote solicitándolo en el Despacho parroquial.
La Iniciación Cristiana en el Magisterio de la Iglesia
«La Iniciación Cristiana es la inserción de un candidato en el misterio de Cristo, muerto y resucitado, y en la Iglesia, por medio de la fe y de los sacramentos».
Cf. Ritual para la Iniciación Cristiana de Adultos, 8
«La Iniciación Cristiana, como participación en la naturaleza divina, se realiza mediante el conjunto de los tres sacramentos: el Bautismo, que es el comienzo de la vida nueva; la Confirmación, que es su afianzamiento; y la Eucaristía, que alimenta al discípulo con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para ser transformado en él. Desde los tiempos apostólicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino y una Iniciación que consta de varias etapas. Este camino puede ser recorrido rápida o lentamente. Y comprende siempre algunos elementos esenciales: el anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la conversión, la profesión de la fe, el Bautismo, la efusión del Espíritu Santo, el acceso a la comunión eucarística».
cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1212, 1229, 1275
