Cáritas Diocesana de Sevilla ha clausurado este domingo la XIX Escuela de Otoño. Este año, la entidad de la Iglesia ha conseguido reunir en el antiguo seminario de Pilas, a más de 450 voluntarios en una convivencia de encuentro y formación bajo el lema “Fraternidad: antídoto ante la indiferencia”.

El arzobispo de Sevilla, mons. Juan José Asenjo, inauguró el encuentro el pasado viernes dirigiéndose a los voluntarios con palabras de aliento y envío: “Salgamos a las periferias para encontrarnos con el rostro de Cristo”. “La prioridad de la Iglesia tiene como misión ser signo de la misericordia de Dios”, añadió.

Tras la intervención del obispo, Mariano Pérez de Ayala, director de Cáritas Diocesana de Sevilla, fue el encargado de dar la primera ponencia de Escuela de Otoño. El objeto de su discurso fue transmitir la reflexión y el análisis profundo de la realidad actual que han plasmado los obispos españoles en la instrucción pastoral ‘Iglesia servidora de los pobres” y de la que destacó la necesidad de vencer las causas estructurales de la crisis: “La sociedad ha perdido referentes políticos y económicos y esto es una pobreza enorme”. “Que el principio de solidaridad se haga efectivo es responsabilidad directa de la comunidad política aunque todos tenemos una responsabilidad que cumplir”, comentó.

La jornada del sábado comenzó con la participación del obispo auxiliar, mons. Santiago Gómez, que reflexionó acerca del Año de la Misericordia desde el voluntariado de Cáritas. Así, cuestionó al voluntariado sobre la forma en la que respondemos ante una sociedad cada vez más desigual y a veces hostil. “Estamos obligados como cristianos a responder con misericordia ante la pobreza espiritual, material, cultural y social”, dijo. Además concretó con siete claves esta forma de responder con misericordia, entre las que se encontraba la denuncia obligada de conductas como la esclavitud, el abuso, el genocidio, el aborto, el tráfico de drogas y armas o la corrupción.

La abogada y miembro del Equipo de Incidencia de Cáritas Española, Sandra Olea , fue la encargada de clausurar la XIX Escuela de Otoño con la ponencia “Porque la dignidad humana es posible: Cáritas y los derechos humanos”.

La Escuela de Otoño se convoca con el fin de poner en práctica las líneas institucionales presentadas en la Asamblea Diocesana celebrada el pasado mes de junio y que respondían a tres pilares: asistir, promover y transformar la realidad que nos rodea. Para ello, además de estas intervenciones, y a lo largo del fin de semana se han realizado diferentes talleres formativos que responden a la necesidad actual del voluntariado de Cáritas Diocesana. Inmigración, empleo de inclusión, economía solidaria, atención a personas sin hogar y los derechos humanos han sido temas principales de estos talleres, entre otros.

Una vez más, y después de compartir espacios de encuentro y oración, un número significativo del voluntariado de Cáritas Sevilla regresa a su apostolado con una llamada firme a seguir poniendo en práctica las bases del Evangelio para seguir transformando la realidad que nos rodea, este año con especial interés en la misericordia.

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