El pasado mes de mayo, mes de nuestra Madre la Virgen, nuestra Parroquia vivió por dos veces uno de esos momentos que marcan la vida parroquial: la celebración de la Primera Comunión.

Dos grupos de unos 10 niños, que durante los dos últimos años se han estado preparando en la catequesis, vivieron uno de esos días que probablemente no se les olvidará en la vida. ¡Y seguro que a Jesús tampoco! Él es siempre el verdadero protagonista de esta celebración llena de colorido, música, emoción y sobre todo una honda vivencia espiritual de amor y adoración hacia el Señor, que “se hace pan” para estar con nosotros cuanto duren los tiempos. Él llevaba esperando siglos y siglos a poder entrar por fin en el cuerpo y el alma de estos niños por los que Él entregó contento su vida.

El curso que viene, si Dios quiere, estos niños continuarán con su proceso de Iniciación Cristiana pasando a la siguiente etapa llamada Segunda Síntesis de Fe, con una reunión semanal, la participación en la Eucaristía dominical y muchas e interesantes actividades que se organizarán para ellos.

Encomendemos a la Virgen María a estos niños para que “crezcan en edad, sabiduría y gracia” guiados y protegidos por ella.