La parroquia de San Antonio de Padua de Torreblanca se llenó el pasado 23 de octubre para honrar a las Hermanas de la Cruz, siendo éste un homenaje más de los que se están celebrando por la canonización de santa María de la Purísima.  Igualmente, tanto la parroquia como la Hermandad de los Dolores les regalaron a las Hermanas una estampa de la nueva santa.

La celebración consistió en una Eucaristía con la que, según el párroco Leonardo Molina,  querían “agradecer la presencia entre nosotros de estas mujeres admirables”.  Durante la homilía Molina recordó que “Jesús no ha venido para ser servido, sino para servir” algo que imitaron Sor Ángela, la Madre María de la Purísima y sus seguidoras.

Del mismo modo, ha destacado que estas religiosas “son ricas en amor, en paciencia, en perdón, en generosidad, en entrega y en humildad” y que “su puerta es refugio y acogida para tantas necesidades” derivadas de esta “cruel crisis”.

Por último, el párroco agradeció que el  barrio “se haya volcado” con esta celebración.

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