Este pasado sábado, 9 de noviembre, tuvimos nuestra excursión-peregrinación al Santuario de la Virgen del Puerto en Zufre (Huelva).

Como todos los años el autobús nos recogió frente a Diputación a las 9:30 de la mañana.

Aunque era pronto por la mañana, la temperatura era buena en Sevilla y nuestro viaje resultó bastante cómodo hasta llegar a la localidad de Zufre.

Allí tuvimos la primera parada, en la parte más alta del pueblo. El bus milagrosamente pudo dar la vuelta: fué un momento de auténtica emoción.

Tras el desayuno en la plaza del mirador, hicimos una corta visita por el pueblo y a su hermosa iglesia de la Asunción. Hay que agradecer que nos abrieran la Iglesia ex profeso para que pudiéramos visitarla. Terminamos con una foto de grupo en la misma plaza de la iglesia antes de coger de nuevo el autobús que nos llevaría directo hacia el santuario de la Virgen del Puerto.

Aquí comenzó una pequeña aventura, pues la carretera de dos carriles más bien justitos, a veces se convertía en una carretera mucho más estrecha, casi de un solo carril. Pero la complicación no terminó ahí, porque había una curva muy pronunciada y la persona encargada de Santuario dudaba que nuestro autobús pudiera pasar por ese punto.

En coche inspeccionamos el terreno y, efectivamente, el conductor confirmó que el paso era demasiado estrecho para el autobús.

Solución: el autobús nos acercó lo máximo que pudo y con varios coches realizamos pequeños trayectos de kilómetro y medio hasta llevar al santuario a la totalidad de peregrinos.

Los mayores hicieron todo el trayecto en coche; algunos hicieron parte del trayecto en coche; y los más valientes todo el trayecto a pie.

Nada más llegar tuvimos la Santa Misa, y como era el día de la fiesta de la dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán -la catedral del Papa en Roma- don Juan José nos hablo de la Iglesia y de la unión con el Papa.

Seguidamente tuvimos la comida. El santuario está muy bien preparado y dispone de muchísimas mesas para poder comer cómodamente sentados en familia, y unos baños muy bien acondicionados y cuidados.

La comida fue muy agradable porque todavía el sol calentaba un poquito y se estaba muy bien. Además el agruparnos en pequeñas mesas nos hacía que hubiera un ambiente familiar muy bueno. Don Juan José y Fernando pasaban de mesa en mesa para saludar a todos y así hablar un poquito con cada uno.

Después de comer tuvimos ocasión de volver al santuario para leer algún fragmento de escritos de la Madre Trinidad y Fernando nos dirigió la palabra para hablarnos un poco de María. Terminamos con algunas canciones. Aunque el santuario no tenía Sagrario hicimos un rato de oración acompañando a María. Un rato entrañable y muy bonito.

Cuándo empezó a refrescar un poquito, comenzamos el camino de regreso. Para volver repetimos lo mismo que a la ida: utilizar los coches y, de nuevo, algunos hicieron todo el camino andando.

El viaje de vuelta fue también muy agradable. Lo primero que hicimos fue rezar el Santo Rosario seguido de canciones, y casi sin darnos cuenta, llegamos a casa a una hora prudencial. Aunque estábamos un poco cansados por la intensidad del día, interiormente nos sentíamos contentos de verdad.

Como todos los años, esta excursión-peregrinación ha estado muy bien. Esperemos que el año próximo encontremos un lugar tan bonito como éste, que el tiempo nos acompañe y que salga todo tan bien como este año.

Para el año que viene os esperamos a todos.

Quedaros ahora con la Galería fotográfica. Disfrutazla también:

Juan José Párroco
Fernando G. Pacheco
Luis F. Carrero

 

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