Durante toda la Cuaresma, en nuestro templo parroquial de S. Bartolomé, se tendrá una exposición en la que se puede contemplar una réplica exacta de la Sábana Santa, a tamaño real.

Acude a esta exposición, cuya intención es ayudarnos a penetrar más en el misterio de nuestra salvación.

Se podrá visitar durante todo el día, en horario de apertura del templo🔗, excepto en horario de Cultos.

Los horarios de visita serán:

• de lunes a jueves y sábado, de 10:00h a 14:00h y 17:00h a 19:30h
• viernes, de 10:00h a 14:00h y 17:00h a 18:00h (Viacrucis a las 18:00h🔗)
• domingos solo tardes, de 17:00h a 19:30h

En los textos de los diversos paneles de la exposición podremos encontrar aclaraciones y explicaciones, que a lo largo de estas últimas décadas la ciencia ha ido descubriendo y dando a esta reliquia tan singular que el mismo Cristo quiso dejarnos a los hombres de este tiempo.

Al analizar con detenimiento la imagen que nos ofrece la Sábana Santa, iremos descubriendo los dolores físicos que Jesús padeció por nosotros, pero no nos quedemos ahí…, profundicemos aún más, entremos en el alma de Cristo, acompañemos la honda tragedia de su soledad amarga, que le hizo romper en sangre por todos sus poros. Y descubramos también en la Sábana Santa el triunfo de su gloriosa resurrección con la victoria sobre la muerte y el pecado.

Cristo murió por nosotros porque nos amaba, resucitó de entre los muertos para seguir amándonos, y se quedó durante todos los tiempos en la Eucaristía para ser nuestro compañero de camino. Hoy nos mira a cada uno de nosotros, esperando respuesta a su Amor Infinito.

Escuchemos en silencio esa queja dolorosa de Jesús a nuestra alma:

“¿Qué más pude hacer por ti que no hiciera?”

Hagamos este recorrido que nos ofrece la exposición a través de los diversos textos que en ella encontraremos, con devoción y amor, en silencio, meditando y orando ante la imagen de la Sábana Santa.

Y pasemos después unos momentos ante Jesús Eucaristía para darle el consuelo de nuestra cercana compañía.

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Separata especial del Jueves y Viernes Santo,
para leer en oración