INSTRUCCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO (https://vatican.va)

Este artículo tiene por finalidad recordarnos, en linea fiel con los dispuesto por nuestra Santa Madre Iglesia, el modo y manera de responder gestualmente durante la celebración de la Santa Misa. En el prefacio del documento indicado se nos dice:

La Iglesia ha considerado siempre que a ella le corresponde el mandato de establecer las normas relativas a la disposición de las personas, de los lugares, de los ritos y de los textos para la celebración de la Eucaristía.

Concretamente, el documento especifica a partir del punto 42:

Gestos y posturas corporales

42. Los gestos y posturas corporales, tanto del sacerdote, del diácono y de los ministros, como del pueblo, deben tender a que toda la celebración resplandezca por el noble decoro y por la sencillez, a que se comprenda el significado verdadero y pleno de cada una se sus diversas partes y a que se favorezca la participación de todos. Así, pues, se tendrá que prestar atención a aquellas cosas que se establecen por esta Instrucción general y por la praxis tradicional del Rito romano, y a aquellas que contribuyan al bien común espiritual del pueblo de Dios, más que al deseo o a las inclinaciones privadas.

La uniformidad de las posturas, que debe ser observada por todos participantes, es signo de la unidad de los miembros de la comunidad cristiana congregados para la sagrada Liturgia: expresa y promueve, en efecto, la intención y los sentimientos de los participantes.

Continúa el documento:

De pie

43. Los fieles están de pie:

a) desde el principio del canto de entrada, o bien, desde cuando el sacerdote se dirige al altar, hasta la oración colecta inclusive;

b) en el canto del Aleluya antes del Evangelio;

c) durante la proclamación del Evangelio;

d) mientras se hacen la profesión de fe (Credo) y la oración universal;

e) además desde la invitación Orad, hermanos o En el momento de ofrecer … (tras finalizar la preparación de las ofrendas), antes de la oración sobre las ofrendas, hasta el final de la Misa, excepto lo que se dice más abajo.

Sentados

En cambio, estarán sentados:

a) mientras se proclaman las lecturas (antes del Evangelio) y el salmo responsorial;

b) durante la homilía

c) y mientras se hace la preparación de los dones para el ofertorio;

d) también, según las circunstancias, mientras se guarda el sagrado silencio después de la Comunión.

De rodillas

Por otra parte, estarán de rodillas, a no ser por causa de salud, por la estrechez del lugar, por el gran número de asistentes o que otras causas razonables lo impidan:

a) durante la consagración (desde que el sacerdote impone sus manos sobre las especies del pan y el vino).

Pero los que no puedan arrodillarse para la consagración, que hagan inclinación profunda mientras el sacerdote hace la genuflexión después de la consagración.

Puntualizando lo siguiente:

Sin embargo, pertenece a la Conferencia Episcopal adaptar los gestos y las posturas descritos en el Ordinario de la Misa a la índole y a las tradiciones razonables de los pueblos, según la norma del derecho. Pero préstese atención a que respondan al sentido y la índole de cada una de las partes de la celebración. Donde existe la costumbre de que el pueblo permanezca de rodillas desde cuando termina la aclamación del “Santo” hasta el final de la Plegaria Eucarística y antes de la Comunión cuando el sacerdote dice “Éste es el Cordero de Dios”, es laudable que se conserve.

Para conseguir esta uniformidad en los gestos y en las posturas en una misma celebración, obedezcan los fieles a las moniciones que hagan el diácono o el ministro laico, o el sacerdote, de acuerdo con lo que se establece en el Misal.

Y concluye

44. Entre los gestos se cuentan también las acciones y las procesiones, con las que el sacerdote con el diácono y los ministros se acercan al altar; cuando el diácono, antes de la proclamación del Evangelio, lleva al ambón el Evangeliario o libro de los Evangelios; cuando los fieles llevan los dones y cuando se acercan a la Comunión. Conviene que tales acciones y procesionesse cumplan decorosamente, mientras se cantan los correspondientes cantos, según las normas establecidas para cada caso.

La Instrucción hace referencia también al silencio:

El silencio

45. Debe guardarse también, en el momento en que corresponde, como parte de la celebración, un sagrado silencio. Sin embargo, su naturaleza depende del momento en que se observa en cada celebración. Pues en el acto penitencial y después de la invitación a orar, cada uno se recoge en sí mismo; pero terminada la lectura o la homilía, todos meditan brevemente lo que escucharon; y después de la Comunión, alaban a Dios en su corazón y oran.

Ya desde antes de la celebración misma, es laudable que se guarde silencio en la iglesia, en la sacristía, en el “secretarium” y en los lugares más cercanos para que todos se dispongan devota y debidamente para la acción sagrada.

Y del mismo modo, mantener silencio y recogimiento tras la celebración de la Santa Misa para recogernos en acción de gracias al Señor.


Recomendable, también, es leer y tener presente siempre la INSTRUCCIÓN REDEMPTIONIS SACRAMENTUM. Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía (CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS)

 

Introduce tu correo electrónico para suscribirte y así poder recibir las noticias y eventos parroquiales por email.

powered by MailChimp!

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Necesitarás Adobe Reader para leer documentos pdf en este sitio. Descárgalo aquí si no lo tienes instalado